En Viaje a Ítaca, Kavafis nos enseña que lo esencial no es llegar, sino disfrutar y aprender en el camino. Un campamento sigue la misma filosofía: cada juego, cada canción y cada amistad forman parte de una aventura que nos transforma. No se trata solo de pasar unos días en la naturaleza, sino de crecer, compartir y llevarnos experiencias que nos acompañarán siempre. Al final, como Ítaca, el campamento no es solo un lugar, sino un viaje que deja huella en el corazón.
VIAJE A ÍTACA ~ VIAJE DE CAMPAMENTO
Cuando emprendas tu viaje de campamento
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los monitores ni a los coordinadores
ni al temido director,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo ,
los podrás llevar dentro de tu alma,
si tu alma se abre ante ellos.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente ante el círculo de canciones
y hazte con hermosas melodías,
Maletero y Juanito, La Mari y Mi Pony
y toda suerte de dinámicas motivacionales y actividades,
cuantas más abundantes amistades verdaderas puedas.
Ve a muchos monitores cariñosos
a aprender, a aprender junto ellos.
Ten siempre a La Sierra Educa en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la vida adulta,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a despedirte de La Sierra Educa.
La Sierra Educa te brindó tan hermosos viajes y amistades.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero ella no tiene ya nada que darte.
Aunque la encuentres ahora vacía, ella no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significa un campamento.
🌿 En un campamento de verano, cada día es una oportunidad para aprender, compartir y crecer. ¡Una aventura que deja huella para siempre! ✨
Texto adaptado de Konstantino Kavafis