Existen unos interesantes y rigurosos estudios del neurocientífico Alex Korb, investigador de la universidad de UCLA, que están orientados a demostrar cómo con pequeños cambios podemos influir en nuestros estados de ánimo.
La idea consiste en crear una “espiral ascendente” para generar cambios y positivar nuestras vidas. Varios son los entrenamientos que se proponen hacer para generar esa espiral positiva, citemos tres importantes:
Hacer una lista de cosas por las que sentirnos agradecidos. Preguntarte por qué cosas te sientes agradecido tiene un gran efecto cerebral ya que según los estudios, provoca un aumento en la densidad de las neuronas y mejora nuestras relaciones personales. Además incrementa tanto la presencia como la actividad de la serotonina y la dopamina, tan importantes para el estado de ánimo positivo y para la sensación de felicidad.
Tomar decisiones. Y se consecuente y consciente, haciéndose cargo de lo que se derivada de esa decisión y entendiendo que no siempre tomar una decisión significa conseguir lo que quieres, sino ser coherente. La toma de decisiones reduce significativamente la incertidumbre y el estrés generado por dejar asuntos importantes abiertos.
Abrazar y reírse. Si, estas dos maravillosas tareas son capaces de generar espirales positivas. Los beneficios de la risa están más que probados y estudiados. Respecto a los abrazos, Sheldon Cohen, psicólogo y profesor, demostró en esta investigación que “sentir un abrazo de alguien en quien confiamos es una manera efectiva de reducir el estrés, y generar confianza y autoconfianza”
Ponerlas en práctica no debería llevarnos mucho tiempo, aunque, como siempre suele suceder, estos entrenamientos son más sencillos si empezamos a hacerlos cuando somos pequeños. Es interesante darse cuenta que tanto familias como escuelas son co-responsables en esta tarea.
Animándonos a generar espirales positivas, ¡os mandamos un efectivo abrazo!
Texto adaptado de Álvaro Merino