Texto adaptado del original de José Manuel Sánchez
Dice Berth Hellinger:
La vida te desilusiona para que dejes de vivir ilusiones y veas la realidad. La vida te destruye todo lo superfluo, hasta que queda solo lo importante. La vida no te deja en paz, para que dejes de pelearte, y aceptes todo lo que "es". La vida te retira lo que crees que tienes, hasta que dejas de quejarte y agradeces. La vida te envía personas conflictivas para que sanes y dejes de reflejar afuera lo que tienes adentro.
La vida deja que te caigas una y otra vez, hasta que te decides a aprender la lección. La vida te saca del camino y te presenta encrucijadas, hasta que dejas de querer controlar y fluyes, como el río.
La vida te pone enemigos en el camino, hasta que dejas de “reaccionar”. La vida intenta asustarte y sobresaltarte todas las veces que sean necesarias, intentando que pierdas el miedo y recobres tu fe.
La vida te quita el amor verdadero, no te lo concede ni permite, hasta que dejas de intentar comprarlo con baratijas.
La vida se ríe de ti muchas veces hasta que dejas de tomarte todo tan en serio y te ríes de ti mismo. La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sean necesarias, intentando que por allí penetre la luz.
La vida te enfrenta con rebeldes, volviendo a apostar porque dejes de controlar. La vida te repite y repite el mismo mensaje, anhelando que escuches. La vida a veces te humilla y derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir tu EGO. La vida te niega los bienes y la grandeza hasta que dejas de querer bienes y grandeza, y comienzas a servir.
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar. La vida te lastima, te hiere, te atormenta, hasta que dejas tus caprichos y berrinches, y agradeces respirar.
La vida te niega los milagros, hasta que comprendes que todo es un milagro. La vida te acorta el tiempo, para que te apures en aprender a vivir. La vida te ridiculiza hasta que te vuelves nada, hasta que te haces nadie, y así te conviertes en todo.
La vida te oculta los tesoros, para que emprendas el viaje y salgas a buscarlos. La vida te niega a Dios, hasta que lo ves en todos y en todo. La vida te acorta, te poda, te quita, te rompe, te desilusiona, te agrieta, te vuelve a romper… intentando que en ti predomine solo
el AMOR.