Puede que nunca lo hayas pensado, pero la vida no tiene un guión definido. Todos los días nos exponemos a multitud de situaciones diferentes, e incluso cualquier conversación que tenemos con alguien, se trata de una improvisación.
Además, a diario nos cuestionamos siempre todo y a veces dejamos de hacer cosas porque no estamos seguros, pero en impro no lo hacemos, porque mataríamos la energía. Como ves, la improvisación teatral te ayuda a pensar de otra manera: te hace ser mejor comunicador, negociador, te impulsa a tomar las riendas, a vender mejor tus capacidades, a actuar sin pensarlo demasiado: a hacer.
Y también te desestresa. Las situaciones ridículas se llevan mejor sabiendo que en clase de impro han sido mucho más ridículas aún, ¿verdad?…
Pero, sobre todo, la impro es divertida. Te ayudará a pasártelo bien; a disfrutar de nuestra jugosa cotidianidad y de los desafíos que nos ofrece nuestro día a día.
A las personas, nos encanta jugar…
¿Jugamos?
(Texto adaptado de Premiereactors.com)