Como fiel defensor del aprendizaje, soy de la opinión de que la creatividad se entrena y se trabaja y que es patrimonio de todo ser humano.
Son muchos los motivos por los que merece la pena ser creativos y la mayoría son altamente rentables:
1. Ser creativo es tener coraje y trabajar muy duro
“Llama experiencias a tus dificultades y recuerda que cada una de ellas te ayuda a madurar” (Henry Miller)
Nuestro cerebro, ocupando solo un 2% de nuestro cuerpo, demanda un 20 % del oxígeno y las calorías del cuerpo humano. ¿no somos creativos o realmente no nos compensa esforzarnos y entrenar esta capacidad?
Nadie dijo que entrenar sea una tarea sencilla. En el deporte, en las artes o en cualquier faceta donde el entrenamiento es de vital relevancia, el gasto de energía es importante. Seguramente haya que unirlo a una suma de buenos hábitos, empezando por una buena alimentación.
2. Las grandes ideas no les asustan
“La vida nos manda regalos envueltos en problemas” (Juan Carlos de Pedro)
El ser humano funciona con sus ideas como con el resto de las cosas a las que se enfrenta. Si son muy pequeñas se apoderan de ellas, pero si son demasiado grandes, huyen. Con las grandes ideas suele pasar lo mismo. Huimos de grandes ideas porque llegan a atemorizarnos. Las personas que entrenan la creatividad no se asustan tan fácilmente.
3. La “es-que-zofrenia” no va con ellos
Si tener coraje requiere, indispensablemente, tener una visión positiva de las cosas, la creatividad es optimismo inteligente, tal y como muy bien define Carlos Hernández www.dosabrazos.com
La “es-que-zofrenia” nos paraliza impidiendo pasar a la acción. Nos llenamos de “es- ques” frente a todo lo que nos resulta desconocido.
Por último, aportar esta inspiradora idea: “El caos es el orden que todavía no comprendemos” (G. Norris-Cervetto). Cuando aprendamos a ver el caos como una nueva realidad por descubrir, será porque hayamos entrenado lo suficiente nuestra inteligencia creativa.