“Los niños necesitan aliento como las plantas necesitan agua”. Rudolf Dreikurs
En anteriores lecturas hablamos sobre lo que hoy llamamos la disciplina positiva, metodología educativa apoyada en la estimulación de conductas cooperativas.
La educación en positivo se sustenta en una serie de principios sobre los que se construyen relaciones que perduran, hoy enumeramos otros tantos que dan forma a esta manera tan singular de contemplar la educación:
- Una de las principales metas de todo ser humano es el sentimiento de pertenencia y significancia. Es decir, las personas y especialmente los niñxs necesitan tener un sentimiento de conexión, sentir que pertenecen y que son importantes, que hay raíces. Cuando un niño no siente esta conexión es cuando su comportamiento no es “adecuado”.
- Animar más y no elogiar tanto. Tener clara la idea de que la consecuencia del estímulo es la autoconfianza mientras que la del elogio es la dependencia de los demás. La autoestima no puede darse ni recibirse. Tan solo puede desarrollarse desde el sentimiento de capacidad al enfrentar frustraciones, solventar dificultades y teniendo muchas situaciones para poder aprender de los errores.
- Responsabilidad social, es decir, mostrar interés auténtico por el otro y desear contribuir a la sociedad. Para ser capaces de estimular este interés social es imprescindible no hacer por un niñx aquellas cosas que él o ella es capaz de hacer por sí mismx. Si caemos en este error, los niñxs piensan que están en el mundo para ser servidos en lugar de para aportar a otrxs. Solo se puede desarrollar interés social desde la educación en la responsabilidad.
- El error como una oportunidad de aprendizaje. Enviar mensajes negativos cuando un niñx comete un error no genera resultados positivos a largo plazo. Un error genera una maravillosa posibilidad de entrenar habilidades y competencias para la vida.
- Como ya se comentó, es muy importante no castigar tanto, sino enfocar al niñx a las soluciones. El castigo no tiene efectos positivos a largo plazo. Hay que tener cuidado con lo que funciona a corto plazo porque puede no ser garantía de éxito a largo plazo. La disciplina positiva se basa siempre en educar para la vida, es decir para el largo plazo. No hay atajos. Y normalmente lo excelente lleva mucho más tiempo.
Orientar al niñx a las soluciones es estimular y alentar su autoevaluación para que encuentre sus respuestas y, por supuesto, para que las encuentre por sí mismx, con nuestra guía y acompañamiento en un continuo ejercicio de desapego que le lleve un día a tener las herramientas más adecuadas para desenvolverse en un mundo de adultxs.
Texto adaptado de Álvaro Merino