La improvisación teatral es una disciplina escénica que resulta muy atractiva y sorprendente, porque en cada función se convierte en algo único e irrepetible.
Al no poder ensayar el guión antes, el actor necesita ser dramaturgo y director de sí mismo, dando lugar a diálogos y situaciones originales, que hacen que cada espectáculo brille con luz propia.
Un buen actor de improvisación teatral debe estar atento, saber escuchar, estar abierto a aceptar propuestas, así como a responder de forma divertida y clara en base a la historia que se está transmitiendo.
Está claro que los improvisadores deben desarrollar una gran capacidad imaginativa, ya que deben llevar a cabo diálogos de manera espontánea, pero ¿qué otras herramientas son clave para el arte de la improvisación?
- Crear un equipo: Trabajar en equipo es un must para llevar la interpretación teatral a buen puerto. El improvisador debe buscar oportunidades para alimentar la historia y crear junto a sus compañeros.
- Acción-reacción: Escuchar y conectar con el contexto y los vínculos que se van creando. Partiendo de la base de que el guión no está escrito, el actor debe estar muy atento a todo lo que pasa a su alrededor. Ha de observar y escuchar todo lo que dicen sus compañeros para poder seguir el hilo. La escucha activa se vuelve esencial.
- ¡Di que sí!: Hay que borrar la palabra NO de la mente. En la improvisación todo es posible, por lo que si alguien del grupo dice o hace algo, siempre se ha de acatar como posible, correcto y veraz. Como improvisador, hay que tener en cuenta que todo lo que diga o haga otro integrante del grupo ha sido visto por el público, por lo que nuestra misión ahí es seguirlo y encajarlo en nuestro imaginario de la historia.
- “SÍ, y…”: Esta regla va muy ligada a la anterior. No solo se trata de aceptar todo lo que digan o hagan los compañeros, si no que el improvisador debe añadir alguna nueva idea al respecto.
- Tú eres la herramienta principal: Un error muy común en teatro, consiste en sólo prestar atención a lo que decimos y olvidarnos completamente de que nuestro cuerpo es la herramienta principal que le puede dar vida a esa “simple voz”. Jugar con las capacidades de la voz a tu antojo (una voz grave, una voz suave o tímida…) puede ayudar a los espectadores y transportarlos a la situación que queremos interpretar. Lo mismo ocurre con el cuerpo; el actor ha de integrarlo y moverse y expresarse, siendo cualquier recurso que el “guión” pueda requerir
En definitiva, podemos decir que el trabajo en equipo, la escucha activa, la aceptación y la actitud proactiva, aprendiendo a no juzgarse ni juzgar son las claves de la improvisación teatral que en La Sierra Educa e ImproviSierra Teatro nos gusta aplicar a nuestra metodología de trabajo. Y sobre todo, querer siempre sumar, siendo muy conscientes tanto de la potencialidad de cada uno de los individuos, como de nuestro papel dentro del equipo que formamos.