Texto adaptado del original de Piolo Juvera, del libro: La vida es una improvisación.
Conviene que analices si cada vez que alguien te hace una propuesta, tú ya tienes el ‘no’ en la punta de la lengua, incluso antes de que tu interlocutor termine de hablar. Te servirá revisar si vas así por la vida. Te conviene analizar si vas por el mundo con ese escudo impenetrable, pintado con una ‘N’ y una ‘O’ mayúsculas, que te defiende de grandes peligros, como encontrar al amor de tu vida. Que te ‘salva’ de emprender el negocio de tus sueños, que te ‘rescata’ de hacer el mejor viaje de tu existencia, que te ‘protege’ de la inmensa felicidad que te provocaría adoptar a esa mascota. ¿Y si empiezas a practicar más el sí-y? ¿Y si disparas puros sí-y y ves a dónde te llevan?
Jueguen a aplicarlo antes de empezar con: «No alcanza el presupuesto», «no lo va a autorizar legal», «no saldrá el permiso», «no lo va a aceptar el cliente»…
Y SI esto nos ayuda a redescubrir, a encontrar, a crecer…
¿Y si le pides perdón a tu hermano? Sí-y le llevas un regalo.
Sí-y él te da un abrazo. Sí-y te dice que también lo lamenta. ¿Y si ahora sí haces la dieta? Sí-y te inscribes a una carrera de cinco kilómetros. Sí-y dejas de fumar. Sí-y comienzas a quererte más. Sí-y terminas volviéndote la persona que siempre anhelaste. Sí-y contagias a tu entorno. Sí-y creas un mejor planeta.
«Lo mismo con las canciones, los pájaros, los alfabetos: si quieres que algo se muera, déjalo quieto», Jorge Drexler
Claro que el sí-y no garantiza que te irá bien en todo. Probarás platillos horribles, conocerás lugares inhóspitos, presentarás ideas absurdas. Es el riesgo de estar vivo. De vivir de verdad. Pero créeme que es mucho menos dañino que un ‘NO’ enquistado en el corazón. Que existir persiguiéndote la cola. Que ocupar espacio estando ya medio muerto.
Ese ‘NO’ que alguna vez te puso a salvo termina encerrándote en una cueva, ese NO a veces necesario, puede acabar secuestrándote, volviéndote huraño, sedentario, ojo con acabar diciéndote NO a ti mismo, a la propia vida.
El ‘NO’ tiende a dejarnos quietos. El SÍ-Y es movimiento. «Lo mismo con las canciones, los pájaros, los alfabetos: si quieres que algo se muera, déjalo quieto», dice el genial Jorge Drexler, uno de mis cantautores favoritos (que, gracias a que le dijo «sí-y» a Joaquín Sabina una noche de juerga, dejó su carrera de Medicina para convertirse en el prolífico poeta contemporáneo que es).
El ‘NO’ es tu vida en gris. El SÍ-Y contiene los colores del universo. El SÍ-Y es un portal hacia la mayoría de posibilidades.
Sí-y es mucho más divertido. Sí-y más constructivo. Sí-y maravilloso. Sí-y ojalá entendiste el punto.
Sean felices, y si no saben cómo, digan que SÍ;
¡qué es muy divertido!