¿Puede ser que las cosas que duelen instruyan?
Puede ser. Puede ser que fuéramos (seamos) unos regalados, que solíamos experimentar desagradecidas vidas carentes de pruebas de supervivencia. Puede ser… Y puede ser que ahora la realidad, el universo, la vida, o quien sea, nos esté dando un bofetón para que despertemos y valoremos. Puede ser…
Puede ser que se nos esté dando una valiosa oportunidad para luchar por sobrevivir. Por mí y por todos mis compañeros. Para forjar nuestro cómodo carácter, como individuos y como sociedad. Puede ser…
Puede ser que ya no volvamos a ser los mismos. Y puede que sean momentos poco agradables, y que sea en las situaciones límite, bajo fuertes presiones, donde nazcan genialidades y gestos que en otras circunstancias no surgirían. Puede ser…
Puede ser que, en generaciones venideras, anhelen saber cómo fue, qué paso, cómo lo superamos, quiénes fueron nuestros héroes… Entonces podremos contarles una película de terror apocalíptica, o una histórica, épica, de esas que instruyen. Puede ser que les contemos que éramos unos infelices privilegiados, y que los seguimos siendo, aunque igual un poco menos. Puede ser.